La producción de amaranto en la delegación de Xochimilco, en la Ciudad de México.
Este cereal, es una reminiscencia prehispánica que actualmente cobra mayor relevancia por su valor nutricional, más allá de una tradición como dulce típico. Su cultivo sustentable y muy artesanal, está libre de agroquímicos, pesticidas y fertilizantes que contaminen el medio.
La empresa de Tehutli Amaranto,  ofrece una serie de visitas guiadas preferentemente a escuelas, con el propósito de divulgar el cultivo del amaranto, sus productos derivados y su significación más allá del recetario, como de una experiencia viva que se resiste a cambiar su proceso artesanal, por una sistematización que altere su esencia y equilibrio entre la producción y su mercado.
Esto tiene un equilibrio muy sensible que se sustenta en el arraigo de un producto regional, que caracteriza a comunidades específicas, que viven de ese cultivo y su procesamiento desde época ancestral.
Gracias al apoyo de instituciones de educación superior como la UNAM, la UAM y el IPN,  se realizan estudios en torno al valor nutricional y nuevos productos, así como la incursión en mercados más amplios.
Se destaca al amaranto en la Ciudad de México, como un elemento identitario de la gastronomía local, que basa en su importancia como legado prehispánico, valor nutricional  e impacto en la economía comunitaria; que se realiza de manera artesanal con la tradición de varios años, sin comprometer el medio ni utilizar elementos que alteren su proceso característico.

Lo anterior, de ninguna manera nos pone a salvo de encontrar cuellos de botella en el cultivo, producción y distribución a partir del estudio de las fases del proceso y de la cadena de valor; esto requiere conocer la opinión de los agentes directamente involucrados en todo el proceso, desde quienes siembran y en qué condiciones, hasta los que elaboran, distribuyen y consumen los derivados que son muy amplios y diversos. No todos son comestibles, hay productos de belleza y salud que se obtienen de la planta del amaranto.

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