Congruencia y pertinencia de los criterios de evaluación del
proyecto de sustentabilidad

El consumo del amaranto en México, tiene un significado sociocultural que va más allá del valor alimenticio de este cereal, considerando las implicaciones que tiene como reminiscencia prehispánica y el simbolismo asociado en diversos rituales, su impacto económico en municipios de diversas entidades y la diversidad en sus aplicaciones. La realidad productiva en sus variedades, está llena de contrastes sobre todo por la falta de una política de largo aliento que garantice la sustentabilidad y rentabilidad de cultivo sin soslayar la gama de productos que del propio amaranto se obtiene.

La intromisión del gigante asiático en la producción de diversas mercancías, que mediante una invitación que llega a ser hasta absurda, pone en riesgo la economía y permanencia de productores nacionales en muy diversos rubros; la celebración de acuerdos y tratados desfavorables, la falta de control y contubernio en el acceso de mercancías a los mercados internos, y sobre todo, la corrupción imperante a gran escala, da como resultado una presencia desmesurada de granos de amaranto de baja calidad a menor precio como consecuencia.

Diversas organizaciones no gubernamentales, grupo de productores y universidades fundamentalmente públicas, han realizado estudios y declaraciones que dejan manifiesta la necesidad, como un hecho inaplazable, de fomentar la producción nacional con estímulos al pequeño productor que se encuentra en franca desventaja para competir con las grandes compañías transnacionales que no desprecian esta oportunidad para apropiarse del mercado del amaranto.     

Es altamente probable que los dulces de amaranto, sus recetas y la amplia oferta de sus presentaciones nos resulten solamente como artículos típicos en un día de paseo; sin embargo, el valor nutricional y sus muchas propiedades merecen ser valoradas y reposicionadas en el gusto popular, tomando en cuenta la gran variedad de productos chatarra que mediante el manejo tendencioso del marketing, obligan prácticamente a condicionar el consumo.

El desprecio que se tiene hacia los artículos nacionales frente a una tendencia de mediatizar los mercados de bienes y servicios, es un aspecto social, cultural, económico y político que debemos reflexionar en nuestros estilos de vida y sentido identitario.

Con esta premisa, es menester revisar la congruencia y pertinencia en la evaluación de la producción y beneficio del amaranto en México, ya que esto compromete una serie de variables en diferentes órdenes que precisa estratégicamente ser valoradas para distinguir las que corresponden a la realidad de la producción y consumo, de tal manera que con base a referencias de rigor académico y científico, se citen de manera pertinente a los indicadores que inciden en la rentabilidad y sustentabilidad del amaranto en sus diferentes variedades en los municipios y entidades productoras.

En ese sentido, la definición de las diferentes actividades que se desarrollan en el proceso de producción y comercialización, deberán analizarse para atender aquellos aspectos cualitativos y cuantitativos que conforman su mercado nacional e internacional; toda vez que la fluctuación del precio por tonelada depende de una competencia en gran medida desfavorable para los productores locales, resultando un gran riesgo para la supervivencia.

No podemos dejar de lado los métodos tradicionales frente a la tecnificación del cultivo mediante el uso de maquinarias modernas, sin dejar de lado las formas artesanales en la producción de derivados frente a la sistematización de una producción en serie, que generalmente desplaza al trabajador local que cultiva y procesa al amaranto tostando las semillas en un comal de barro...

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación SAGARPA y varias instituciones educativas realizan esfuerzos por promover y difundir métodos de cultivo, grupos en resistencia hace lo propio, así como comunidades en diferentes municipios, impulsan ferias y eventos en torno a la cultura del amaranto; sin embargo, en mi opinión, hace falta un mayor compromiso en los tres órdenes de gobierno para articular en sinergia una cruzada nacional que incentive su cultivo.


Reflexión:
Las visitas a  la empresa Tehutli Amaranto S. A. ubicada en Tulyehualco (Xochimilco, CDMX), las entrevistas a su personal y, sobre todo, el análisis de datos publicados por diferentes universidades y la propia SAGARPA; revelan un rezago y competencia desleal en torno a los pequeños y medianos productores, que sobreviven más bien por la herencia del gusto de la gente por los productos de amaranto, reconociendo que hay una tendencia a la baja en su producción.
Según la revista SinEmbargo (30 de abril de 2017), el amaranto, uno de los alimentos más nutritivos de México, registró una caída del 42 por ciento en su producción durante 2016. De acuerdo con datos del Anuario Estadístico de la Producción Agrícola, del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2015 rebasó las 8 mil 550 toneladas y para el año pasado apenas llegó a 4 mil 950.

En entrevista para SinEmbargo, Jonathan Rufino Huerta, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en la Ciudad de México, acusó  que la caída en la producción obedece principalmente a dos factores: La comercialización de amaranto proveniente de China y el nulo apoyo económico para los productores.

“La caída (de la producción) fue porque hubo una sobre demanda de amaranto chino y esa introducción a nuestro país desplomó los precios, al igual que la producción mexicana. El otro factor es el poco apoyo y nula atención que el Gobierno local y federal le han puesto a esta cadena productiva porque nuestra sociedad ve al amaranto como una golosina, como un dulce, cuando el amaranto es una proteína muy completa para la alimentación. También lo ven como sinónimo de pobreza”, apuntó.

Por otra parte, fuente del estudio cualitativo son los indicadores que se asocian al producto, efecto e impacto del proyecto o problemática a estudiar, en donde los agentes sociales directamente relacionados son fundamentales; asimismo los académicos que estudian bajo diferentes enfoques el hecho.

Por estas razones, incluyo la opinión de los estudiosos del amaranto con una perspectiva del dulce tradicional, los nutriólogos por su valor alimenticio y los ingenieros agrónomos por su impacto económico; cada grupo de expertos bajo sus criterios que se relacionan con variables e indicadores acordes a sus intereses profesionales, que en conjunto brindan una visión holística del cultivo del amaranto en diferentes municipios de nuestro país:



Nota final:
De acuerdo con el texto: Análisis de la Cadena del Valor de Amaranto en México, La FAO (1997) cataloga al amaranto como un cultivo con la misma cantidad de nutrientes que la soya. Barrales (2010) menciona que es un cultivo prometedor que puede cultivarse en condiciones de temporal, con tolerancia a sequías y un rendimiento mayor o similar a otros cultivos en igualdad de circunstancias. Lo anterior hace del cultivo una alternativa de producción y consumo adecuada para regiones marginadas del país.

Referencias:
Loira, I (2017). El cultivo del amaranto, rico y con gran tradición mexicana, ya entró en agonía: productores. RevistaSinEmbargo. Recuperado de:
http://www.sinembargo.mx/30-04-2017/3191618
                       
Sánchez-Olarte, J., Argumedo-Macías, A., Álvarez- Gaxiola, J. F., Méndez- spinoza, J. A., Ortiz- Espejel, B. (2016). Análisis económico del sistema sociotécnico del cultivo de amaranto en Tochimilco, Puebla. Acta Universitaria, 26(3), 95-104. doi: 10.15174/au.2016.888

Alma V. Ayala-Garay, Eduardo Espitia-Rangel, Patricia Rivas-Valencia, Guillermina Martínez-Trejo, Gustavo Almaguer-Vargas (1997). Análisis de la Cadena del Valor de Amaranto en México, La FAO.






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